lunes, noviembre 26, 2007

Intento de reflexión sobre la estilística


La Estilística es una forma de estudio de la obra literaria que se basa en el estilo de la misma y en el modo en el que el lenguaje está utilizado en dicha obra. Y es, precisamente, debido a este último aspecto por lo que el vocablo (entre griegos y romanos, la palabra stylus significaba el punzón de que se valían para escribir en tabletas enceradas), utilizado por primera vez en el siglo XIX, está íntimamente relacionado con la lingüística, aunque es en s. XX cuando se utiliza para designar una forma específica del estudio de las obras literarias, el estudio del estilo del modo peculiar en que se plasma la expresión en cada obra literaria.

Entre los principales fundadores encontramos a Charles Bally, discípulo del lingüista Ferdinand de Saussure. Según Bally, el lenguaje no sólo expresa ideas sino también sentimientos. Y es precisamente al estudio de estos sentimientos al que denomina Bally “Estilística”.

El análisis parte siempre de la obra, que constituye un auténtico diálogo externo. Existen dos grados de conocimiento de la obra literaria, según Dámaso Alonso, perteneciente a la Escuela Española de Estilística:

- Conocimiento del lector
- Conocimiento de Crítico, que es, a su vez, un lector.

La Estilísitica trata al signo poético en un doble sentido: atendiendo a su significante y a su significado, pudiéndose entender desde una dimensión psicologista donde la intuición desempeña un rol activo de gran importancia que viene a significar la base de los estudios estilísiticos.

La estilística estudia primero los caracteres afectivos, segundo los medios usados por la lengua para producirlos, tercero el sistema expresivo, la estilística estudia los hechos de expresión del lenguaje organizado desde el punto de vista de su contenido afectivo, es decir la expresión de hechos de sensibilidad a través del lenguaje y la acción de los hechos del lenguaje sobre la sensibilidad. Los formalistas no se preocupan de esa parte afectiva, es sólo esa ruptura del lenguaje. Es decir, los formalistas tratan de responder a la pregunta ¿cómo es la literatura?, mientras que los estilistas tratan de responder a ¿por qué es la literatura?

Croce va a definir el arte de la literatura como intuición-expresión, creación fantástica e individual. Para Croce el lenguaje es un acto espiritual y creador, es expresión de la fantasía. Para Croce no existe una realidad objetiva, no existe una realidad lingüística objetiva de carácter social y comunitario independiente de los individuos particulares, para Croce sólo existen actos lingüísticos individuales, creaciones libres del espíritu, el estudio de la literatura sólo puede partir del estudio del lenguaje del autor.

Mientras tanto, Lapesa, en Introducción a los estudios literarios, nos presenta una manera muy sencilla de comprender el estilo, dice que el estilo depende del artista; que éste mismo revela su personalidad en sus creaciones, dejando un sello peculiar en ellas, hasta llegar a reconocerle sus obras sin que se nos haya dicho el autor. Nos recuerda aquí que el estilo es el hombre, el estilo es la multipersonalidad del artista. Pero además de lo dicho, además del sello particular, existe un sello generacional, un sello de escuela, de época, de generación. Es decir, tanto el autor mismo, como el entorno, van a delimitar un estilo, a su vez, generacional.

Además, dice Lapesa, existen exigencias que dependen del carácter de la obra, esto es, cada creación responde a un fin, es decir, el estilo poético no será igual al de una novela, aunque correspondan al mismo autor. A manera de resumen sobre el apartado El estilo: aspectos subjetivo y objetivo, nos enlista una serie de adjetivos que se refieren al autor en cuanto al estilo, tales como homérico, cervantino, shakesperiano, gongoriano, etc; a la escuela, tendencia o época artística: culterano, conceptista, clásico, renacentista, etc.; y, finalmente, al género de la obra.

En el apartado Estilo, tono y lenguaje nos ofrece definiciones sobre: el tono, que es el resultado de la postura del autor frente a la situación plasmada en la obra, así puede hablarse de tono solemne, majestuoso, patético, etc. Nos remarca que es de gran importancia adecuar el tono a la naturaleza de la obra. Sobre el lenguaje, nos dice que es la “forma definitiva revestida por la obra”, es decir, si predomina un lenguaje con frases breves y nerviosas, donde abunda el punto y la coma, con oraciones cortas, se le llama cortado; si se emplean oraciones largas y compuestas con un efecto sonoro, se le llama periódico; y se le llama mixto al comprendido en el término medio entre cortado y periódico.

Sobre la Educación del estilo “concebido como forma individual de la fuerza creadora”, es imposible obtenerlo artificialmente, lo mismo que la personalidad, es decir, el estilo se adquiere en tanto se vive, se escribe, se lee y se razona, pero también han de ser educadas las facultades estilísticas. Una lectura bien hecha sirve como estimulante para la imaginación y enriquece nuestro vocabulario; la composición, dice Lapesa, nos “acostumbra a vencer dificultades de expresión”, es decir, escribir nos va marcando errores que, en el habla, es difícil notarlos. También nos habla de la importancia del estudio gramatical del idioma y el ejemplo de los buenos escritores, siempre que sea para una corrección ligera, sin dejar en el olvido la espontaneidad. Ofrece algunos apuntes de cómo empezar a escribir: meditar sobre el tema a tratar, trazar un plan a seguir. Cuidar, como ya se ha dicho antes, que el tono corresponda al asunto y que el lenguaje sea claro. Además nos advierte sobre el uso de recursos que no dominemos y, posteriormente, nos incita a la autocrítica como medio para conocer nuestra obra.

Por último, en el apartado La investigación estilística moderna, hace una pequeña crítica al siglo pasado donde, al hablar de estilo, se limitaban sólo a lo externo de la obra, pero, como ya se ha dicho, una obra lograda comprende el estilo, el tono y el lenguaje, que guardan una estrecha relación entre ellos. La estilística moderna trata de estudiar, entonces, el habla como “reflejo inmediato de la vida individual”, encaminada a renovar la ciencia del lenguaje; las lenguas son los estilos de los diferentes pueblos, pues reflejan lo más característico de sus mentalidades.

La Estilística moderna presenta muchas tendencias, como por ejemplo, estudios de los estilos de una época, estudios estilísticos de elementos aislados en una obra literaria, estudios de motivos estilísticos, estudios comparativos estilísticos de textos, estudios acerca de los caracteres estilísiticos propios de los diferentes géneros literarios etc.

martes, noviembre 13, 2007

Desilusión

Hace unos meses que entré a la escuela de Letras. Tenía mucho ánimo de conocer personas con intereses afines a los míos. Encontré cosas completamente distintas: rechazados de medicina, de químicas, de derecho; otros tantos con ganas de entrar a carreras caras, como diseño gráfico, gastronomía, turismo, cosas de esas; algunos más que no sabían a dónde irse, luego una vez leyeron un libro y creyeron que esa era su vocación. Pensé que, con el paso de los días, se vería interés por la licenciatura, que hablaríamos, por ejemplo, de la ficcionización de Ítalo Calvino en sus obras, o de la importancia del estudio del Quijote, que hablaríamos de nuestra última lectura, pero me encontré con la urgencia de salir al receso, con la urgencia de que la clase terminara, con errores ortográficos terribles. La mayoría no gustan de leer (o eso parece). Un desinterés general nubla la clase. Ahora el semestre está por terminar y yo he perdido las ganas de conformar una amistad en el salón de clase (al menos por ahora) y hay, creo, una apatía casi general hacia mi persona (lo que no me impresiona en lo más mínimo).

lunes, noviembre 05, 2007

Corazón de perro

Tengo una gran pila de libros pendientes por leer, pero ahora, con el poco tiempo que me queda, no he leido más que veinte hojas de Corazón de perro de Bulgákov. El autor, silenciado durante el terror stalinista, utiliza el humor para introducirnos en el mundo que le tocó vivir; la risa inteligente es a veces el único recurso de expresión que le queda a un hombre acosado. Eneste libro, un médico que investiga el rejuvenecimiento humano implanta en el cerebro de un amable y reflexivo perro callejero, la hipófisis de un delincuente. El perro, lejos de rejuvenecer, se transforma en un ser humano física y moralmente repulsivo, que termina por afiliarse al partido comunista y consigue ser nombrado "subdirector del subdepartamento de limpieza de animales vagabundos", convirtiendo la vida del atribulado científico en una pesadilla. El médico, cuya oposición al régimen soviético parece ser fundamentalmente de tipo formal y estético, se ve obligado a convivir con aquello que más detesta y renegando de su asombroso descubrimiento devuelve al perro a su estado natural.
No he llegado al final, como he dicho desde el principio, pero veré qué sabor de boca me queda al terminar la lectura. Además, tengo qué estarla alternando con lecturas de Marx, pues mañana martes tengo qué exponerlo (y el viernes a Hesíodo). Si no muero pronto por falta de tiempo, viviré en la locura.