miércoles, mayo 27, 2009

Hoy cumplo setenta años y mi cuerpo apenas tiene veinticinco. Al contrario de lo que dicen por ahi -lo que no te mata te hace más fuerte- yo estoy muriendo. No muero de su ausencia, ni me hago más fuerte, sólo mis ojos caen de vez en cuando y se estrellan en el piso, convirtiéndose en millones de lágrimas de él. Y es que hablar ahora de amor ya no es legal. Queda estrictamente prohibido hablar de amor sin sentido peyorativo. No quiero hablar de amor, de cualquier forma, nomás aclarar que estoy muriendo de su ausencia, estoy muriendo sin sus ojos, sin sus manos. Muero y no muero.

No hay comentarios: